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Fuente: http://pressover.news

A un año de Eyvi

Un año después del feminicidio de Eyvi a manos de su acosador, ¿qué ha cambiado?

Publicado: 2019-04-25

Eyvi no fue la primera mujer acosada, sin duda. Fue la primera mujer muerta a manos de su acosador que apareció en las portadas. Hasta ese momento no considerábamos que el acoso era un problema que merezca nuestra preocupación o que requiera de una figura penal. Hasta ese momento parecía que todo estaba bajo control y que las víctimas podían sobrellevar esto simplemente “ignorando” a su agresor.   

Para ese entonces, mujeres conocidas y con acceso a los medios de comunicación, ya habían hablado del tema y de la desprotección del Estado. Lo hizo Jessica Tapia en 2011, Patricia Del Río en 2013 y Juliana Oxenford en 2017. Todas en distintos momentos, se enfrentaron a un sistema judicial que no contaba con las herramientas ni la disposición para atender a sus denuncias. No había más opción que solo contarlo, a pesar de que eso pueda traer como consecuencias críticas o en el mejor de los casos, una indignación momentánea.

Eyvi le puso un rostro a este tipo de violencia y evidenció con su muerte que el acoso no es un problema que se solucione siendo indiferente. Desde el ejecutivo se empezó a acelerar la aprobación de los proyectos de ley que sancionan el acoso, que se traspapelaban a la espera de ser debatidos; y, en setiembre de ese mismo año, 3 meses después del feminicidio de Eyvi, se publicó el Decreto Legislativo 1410 que reconoce el acoso como delito.

Para la opinión pública esto significaba un avance en la lucha en contra de la violencia hacia la mujer, siendo un país acostumbrado a tomar medidas reactivas, un cambio en la legislación parecía una respuesta suficiente a la muerte de una joven de 22 años. Pero desde las colectivas y organizaciones de mujeres sabíamos que las leyes no cambian la situación de vulnerabilidad en la que nos encontramos. Y así fue.

El 22 de abril, la periodista Melissa Peschiera utilizó twitter para manifestar su impotencia frente al acoso que sufre desde hace años. El Ministerio Público se apuró en responder que se encuentran vigilantes a los resultados de la investigación judicial. Melissa sabe que lo único que la diferencia de otras mujeres que pasan por lo mismo es la posibilidad de ser escuchada, aunque ese privilegio no cambie la situación de ser víctima en un país en donde las mujeres son asesinadas con sus garantías personales en la mano.

La sensación de impunidad empodera a los agresores y silencia a las mujeres. Como una forma de combatir eso, las colectivas feministas han creado espacios seguros en donde las mujeres pueden exponer a sus agresores frente a la pasividad del sistema judicial. Lamentablemente, estos nuevos canales tampoco llegan a todas. Es trabajo del Estado permitir que las todas seamos escuchadas: las que cuentan con redes sociales y las que no.

Eyvi murió el 1 de junio del 2018 según el parte oficial, pero en realidad Eyvi murió dos meses atrás: el día de la agresión. A Eyvi la mató Carlos Hualpa pero también la indiferencia del Estado. Que ella sea la última.


Escrito por

Suiry Sobrino Verástegui

Periodista especialista en género, tuitera y activista contra el acoso sexual. @suiGnris


Publicado en

Sui Géneris

Temas coyunturales abordados desde una perspectiva de género.